mercoledì 10 gennaio 2007

Una canción dedicada

Pasó que pasó lo que pasó. Hubo visita hoy, y de las buenas. Todo me llevó a la conclusión de agregar otra canción que no está muy bien grabada en el disco, pero sí en mi corazón. Fueron años duros de entender, años de buscar otra forma de expresar lo que llevaba adentro. Como decía en el post de abajo, mis mujeres nunca fueron del montón. Tal vez se me hayan amontonado alguna vez, pero sin la sensibilidad femenina un hombre se empobrece, deja de ver las cosas de otro modo.
El mirar vidieras, por ejemplo. Esa cosa tan característica que tienen las mujeres, podría parecer una boludez. Ustedes me preguntarán: "Pero sos tan forro que pensás que eso es sensibilidad femenina?". Sí, soy tan forro que pienso eso. Un hombre mirando vidrieras aguanta poco. Creo que no más de siete minutos. Me paro a mirar solamente las vidrieras de las ferreterías, ahí puedo volarme hasta màs de quince minutos, es decir, no cuento el tiempo. Las mujeres tienen ese don de y ese dónde hablar largo y tendido. No es que los hombres no lo hagamos...pero ellas tienen como un tiempo sideral para hacerlo.
Ni que hablar del tiempo - baño!!! Noté muchas veces esa costumbre que tienen las mujeres de dejar colgada la bombacha en una canilla. Las menos audaces , en la canilla, las más osadas en el caño de la ducha. Son mensajes que las mujeres dejan, así como el hombre tira por el aire el calzoncillo.
De una de estas mujeres aprendí que se podía escribir con errores de ortografía sin por eso tener que morirse.
Aprendí a tomar mate como si fuera una transfusión de sangre.
Aprendí que yo era capaz de hacer lo que me proponía, por descabellado que fuera. Como habrán visto en mis fotos, no soy un descabellado, pelo tengo demasiado, pelo no quielo coltálmelo. Aprendí otras cosas más , pero entramos en la esfera privada que quiero respetar. Por eso, la canción de hoy está dedicada a la del título y, aunque no lo dijera, la canción lo repite incesantemente. Uno de mis más rotundos éxitos acá en Roma, junto con "Riglos" que volveré a poner un día de estos. No quería escribir tanto, pero como decía el manco, se me fue la mano...
La mano se me va en muchas cosas, pero eso también tiene que ver con lo íntimo, así que aquí la corto.
Señoras y señores, desde Roma, Nick les canta.....

2 commenti:

marie.y.su.mambo ha detto...

Ah, Nik...sensibilidad femenina...que ternura...
Yo tengo faltas de ortografía, he llegado a la conclusión de que escribo por fonética...y bueh...Amo el mate, adicta a full...ahora, jamás colgué mis bombachas en el caño de la bañera ni en la canilla...que cosa...Una vez la colgué del manubrio de mi bicicleta, para que se seque mientras pedaleaba (es que me había ido de mochilera al sur en bici...)Ah, y otra vez en el espejo retrovisor del auto, también para que se seque, en el viaje de vuelta de las vacaciones jajaja...(es que no me gusta cuando la ropa tiene olor a humedad)...
Besos :)

nick ha detto...

marie...vos debès ser una loca total!!! Me hacès reìr imaginàndote con una bombacha en bicicleta...!Parà, me expreso mejor: con una bombacha en el manubrio de la bicicleta. Lo que debe ser difìcil es encontrar el talle justo para un manubrio... Entràs en un negocio de caro cuore y cuando te preguntan si la bombacha es para vos, contestàs que no y mirando la bici le decìs: es para ella...Pero me superàs en locura cuando hablàs del espejo retrovisor!!!!Podrìa probar a ver què se siente poniendo una bombacha en el espejo retrovisor, pero te imaginàs mis clientes o mi pùblico cuando me ven en el auto?? Podrìan pensar que estoy llegando de una noche "acogedora"...y en cambio no se darìan cuenta que a mì tampoco me gusta el olor a humaedad en la ropa, sobre todo interior. De todas maneras, un señal de equilibrio lo das cuando hablàs de que pasò "sòlo" en èpocas de vacaciones y, como todos sabemos, en las vacaciones uno se permite cualquier cosa, hasta ponerle bombacha a la bici.
Despuès paso por tu blog.
Chau